El erizo ha perdido sus pinchos y solo las manos de los niños podrán ayudar a recuperarlos. Este juego fortalece los músculos de la mano y estimula la motricidad fina al clavar el niño los pinchos en los orificios del lomo del tierno erizo. El aprendizaje no termina aquí. Los coloridos pinchos sirven también para ejercitar con las habilidades de contar, clasificar e identificar colores. Los peques pueden clasificarlos por colores cálidos y fríos, trabajar secuenciación alternando colores; o bien, contar pinchos con la ayuda de los números impresos en el lomo del erizo. Terminado el juego, todo queda en orden, ya que los pinchos pueden guardarse dentro del cuerpo del erizo. Edad recomendada 18 meses+.